En el tercer milenio de la humanidad partiendo de la concepción del mundo occidental hemos tenido bastantes logros para manipular a nuestra madre naturaleza; pero desafortunadamente hemos hecho un uso inadecuado de todos los recursos que generosamente ésta nos ha brindado y nos hemos convertido en agresores de la misma.
Todas las mitologías en su mayoría nos hablan en sus orígenes de la existencia del paraíso, grandes escritores, poetas, artistas, soñadores y pare UD. de contar hacen alusión al famoso paraíso perdido. Y si nos remitimos al génesis allí existe una narración con figuras literarias donde nos presentan una ruptura del ser humano con su entorno.
Los estudiosos de la teología lo han denominado pecado pero hoy, dentro de una visión diferente podemos denominarlo divorcio entre el hombre y la naturaleza.
La ciencia y la tecnología deberían ayudarnos a mejorar nuestras relaciones interpersonales, hacer más vivible nuestra existencia en este planeta tierra, pero desafortunadamente el ansia de tener nos ha llevado a sacrificar nuestro verdadero ser. Nadie pone en duda los grandes avances científicos y tecnológicos pero basta con contemplar un poco el panorama en nuestras grandes metrópolis y donde podemos encontrar una gran soledad poblada, donde las enfermedades sicosomáticas se han convertido en lo cotidiano y donde la respuesta para muchas personas es refugiarse en la religión como una forma de panacea, una catarsis o un drenaje. Para otros(as) en búsqueda de ese paraíso perdido al cual antes nos referimos, acuden al consumo de la droga para olvidar toda esa angustia existencial que llevan dentro de sí.
Por otro lado existe también el culto exagerado a los famosos centros de comunicación: los cybers, la red, los móviles, los correos, los chat entre otros. Donde se ha perdido la comunicación humana, donde es necesario hacer un análisis profundo de nuestra razón de ser en este planeta., para encontrar lo que los investigadores llaman la logoterapia(sentido de la vida).
Vale la pena preguntarnos si nuestros modelos de la estructura familiar, nuestros sistemas educativos, la organización sociopolítica y cultural, se encuentran diseñados y acordes con todas las necesidades profundas que cada ser humano tiene en lo más hondo de nuestro ser.
En el campo de la literatura es conveniente recordar algunos autores que se han preocupado y ocupado del tema de la existencia humana, entre ellos, Miguel de Unamuno con su famosa obra "El Sentimiento Trágico de la Vida", Albert Camus y "El Extranjero", Herman Hessen y "El Lobo Estepario", "Sidarta" y "Bajo las Ruedas". Dentro de nuestra esfera latinoamericana podemos citar al escritor mejicano Octavio Paz y "El Laberinto de la Soledad" y al Uruguayo Horacio Quiroga.
En la literatura oriental han existido grandes pensadores que han dado grande aportes a la búsqueda de la interioridad pues su mundo está construido desde la perspectiva del ser y no del tener, desafortunadamente la cultura occidental ha sido impuesta desde la óptica de la racionalidad y la técnica y la ciencia han sido abordadas desde esta vertiente y no desde el mundo del sentir, lo que los estudiosos de la conducta humana suelen denominar el cerebro emocional.
Nos queda mucho camino por transitar en estos tiempos de la conflictividad y donde pareciera ser que el mundo de lo bélico, de la violencia, la agresividad y la desintegración a nivel de la sociedad nos estuviese conduciendo al mundo unidimensional planteado por ese gran investigador de la sociedad Marcuse.
Dentro del mundo de la técnica y de la ciencia nos debemos preguntar cómo humanizarlas y hacer que nuestro mundo sea un lugar de la paz, de la alegría, la convivencia y el amor y que no siga siendo el espacio para el conflicto, la guerra, el odio y para el rencor entre la especie humana. Sí quienes dirigen los destinos de los pueblos no toman en serio su responsabilidad la hecatombe para la humanidad no está muy lejos, si observamos un poco el panorama mundial nos daremos cuenta de los altos presupuestos asignados a los departamentos de guerra y de investigaciones para crear y fomentar la carrera armamentista, sin embargo para la educación, la cultura, el arte, son presupuestos mínimos y donde muchos dirigentes lo ven como un gasto y no una inversión.
Aún estamos a tiempo de prevenir y de diseñar un mundo feliz pero requiere de una gran voluntad política y de nuevos gerentes para estos retos, si continuamos con el mundo de la improvisación, de la inmediatez y de simplemente dar pequeñas soluciones a grandes problemas no cabe la menor duda de que pronto vamos a desaparecer del planeta tierra.
Estos aportes nacen desde lo más profundo del corazón y quiero ser la voz de muchos hombres y mujeres que inspirados por Morfeo, aquel Dios de la Mitología griega y motivados por Vulcano(Dios del Fuego) queremos aportar nuestro granito de arena a este gran desierto denominado civilización.
He aquí mi propuesta, la decisión está en sus manos.
Todas las mitologías en su mayoría nos hablan en sus orígenes de la existencia del paraíso, grandes escritores, poetas, artistas, soñadores y pare UD. de contar hacen alusión al famoso paraíso perdido. Y si nos remitimos al génesis allí existe una narración con figuras literarias donde nos presentan una ruptura del ser humano con su entorno.
Los estudiosos de la teología lo han denominado pecado pero hoy, dentro de una visión diferente podemos denominarlo divorcio entre el hombre y la naturaleza.
La ciencia y la tecnología deberían ayudarnos a mejorar nuestras relaciones interpersonales, hacer más vivible nuestra existencia en este planeta tierra, pero desafortunadamente el ansia de tener nos ha llevado a sacrificar nuestro verdadero ser. Nadie pone en duda los grandes avances científicos y tecnológicos pero basta con contemplar un poco el panorama en nuestras grandes metrópolis y donde podemos encontrar una gran soledad poblada, donde las enfermedades sicosomáticas se han convertido en lo cotidiano y donde la respuesta para muchas personas es refugiarse en la religión como una forma de panacea, una catarsis o un drenaje. Para otros(as) en búsqueda de ese paraíso perdido al cual antes nos referimos, acuden al consumo de la droga para olvidar toda esa angustia existencial que llevan dentro de sí.
Por otro lado existe también el culto exagerado a los famosos centros de comunicación: los cybers, la red, los móviles, los correos, los chat entre otros. Donde se ha perdido la comunicación humana, donde es necesario hacer un análisis profundo de nuestra razón de ser en este planeta., para encontrar lo que los investigadores llaman la logoterapia(sentido de la vida).
Vale la pena preguntarnos si nuestros modelos de la estructura familiar, nuestros sistemas educativos, la organización sociopolítica y cultural, se encuentran diseñados y acordes con todas las necesidades profundas que cada ser humano tiene en lo más hondo de nuestro ser.
En el campo de la literatura es conveniente recordar algunos autores que se han preocupado y ocupado del tema de la existencia humana, entre ellos, Miguel de Unamuno con su famosa obra "El Sentimiento Trágico de la Vida", Albert Camus y "El Extranjero", Herman Hessen y "El Lobo Estepario", "Sidarta" y "Bajo las Ruedas". Dentro de nuestra esfera latinoamericana podemos citar al escritor mejicano Octavio Paz y "El Laberinto de la Soledad" y al Uruguayo Horacio Quiroga.
En la literatura oriental han existido grandes pensadores que han dado grande aportes a la búsqueda de la interioridad pues su mundo está construido desde la perspectiva del ser y no del tener, desafortunadamente la cultura occidental ha sido impuesta desde la óptica de la racionalidad y la técnica y la ciencia han sido abordadas desde esta vertiente y no desde el mundo del sentir, lo que los estudiosos de la conducta humana suelen denominar el cerebro emocional.
Nos queda mucho camino por transitar en estos tiempos de la conflictividad y donde pareciera ser que el mundo de lo bélico, de la violencia, la agresividad y la desintegración a nivel de la sociedad nos estuviese conduciendo al mundo unidimensional planteado por ese gran investigador de la sociedad Marcuse.
Dentro del mundo de la técnica y de la ciencia nos debemos preguntar cómo humanizarlas y hacer que nuestro mundo sea un lugar de la paz, de la alegría, la convivencia y el amor y que no siga siendo el espacio para el conflicto, la guerra, el odio y para el rencor entre la especie humana. Sí quienes dirigen los destinos de los pueblos no toman en serio su responsabilidad la hecatombe para la humanidad no está muy lejos, si observamos un poco el panorama mundial nos daremos cuenta de los altos presupuestos asignados a los departamentos de guerra y de investigaciones para crear y fomentar la carrera armamentista, sin embargo para la educación, la cultura, el arte, son presupuestos mínimos y donde muchos dirigentes lo ven como un gasto y no una inversión.
Aún estamos a tiempo de prevenir y de diseñar un mundo feliz pero requiere de una gran voluntad política y de nuevos gerentes para estos retos, si continuamos con el mundo de la improvisación, de la inmediatez y de simplemente dar pequeñas soluciones a grandes problemas no cabe la menor duda de que pronto vamos a desaparecer del planeta tierra.
Estos aportes nacen desde lo más profundo del corazón y quiero ser la voz de muchos hombres y mujeres que inspirados por Morfeo, aquel Dios de la Mitología griega y motivados por Vulcano(Dios del Fuego) queremos aportar nuestro granito de arena a este gran desierto denominado civilización.
He aquí mi propuesta, la decisión está en sus manos.
